Redacción. Madrid
El Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Infanta Leonor somete a los nuevos fármacos a una evaluación preventiva de riesgos antes de incorporarlos a la práctica asistencial. El objetivo de esta metodología de trabajo, publicada recientemente en la revista Farmacia Hospitalaria, es minimizar la probabilidad de que se produzca un error de medicación antes de que el nuevo medicamento pase a los circuitos de distribución/dispensación y, con ello, incrementar la seguridad de pacientes y profesionales sanitarios.
Los firmantes del artículo publicado en la revista científica son Luis Sánchez-Rubio Ferrández, Concepción Esteban Alba, Ismael Escobar Rodríguez, Ana Such Díaz, Nélida Barrueco Fernández y Javier Sáez de la Fuente, todos ellos del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid, según informa el centro en un comunicado.
El trabajo, titulado Evaluación preventiva de riesgos en la incorporación de nuevos medicamentos a la práctica asistencial: una propuesta metodológica, se basa en la evaluación previa de riesgos realizada sobre los 64 medicamentos que se incorporaron a este centro hospitalario entre enero de 2011 y agosto de 2013.
De ellos, 29 fármacos (45,3 por ciento) estaban destinados a su utilización en el área de pacientes externos, 11 (17,2 por ciento) al área de pacientes ambulantes, y el resto (37,5 por ciento) al área de hospitalización.
Como resultado de esta metodología preventiva de riesgos, en 35 de los 64 medicamentos analizados se aplicó alguna medida preventiva de seguridad. Para realizar esta evaluación, el Servicio de Farmacia, dirigido por Ismael Escobar, trabaja con un Procedimiento Normalizado de Trabajo (PNT), implantado en el año 2011, que define y planifica el proceso de evaluación del riesgo potencial de los nuevos medicamentos adquiridos antes de su incorporación a los circuitos de distribución, prescripción, dispensación y administración.
Ese protocolo incluye un formulario de evaluación de riesgos que debe ser cumplimentado en cada caso por el farmacéutico responsable del área asistencial en la que va a emplearse cada medicamento. El nombre del medicamento y su posible similitud con otras especialidades, el correcto etiquetado, las características del envase, o consideraciones especiales a tener en cuenta a la hora de la prescripción, preparación/elaboración, administración, conservación, su estabilidad físico y química y existencia de interacciones clínicamente relevantes con otros medicamentos o alimentos, son aspectos que se tienen en cuenta a la hora de establecer medidas preventivas.
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